El universo nos regala de vez en cuando espectáculos visuales que nos recuerdan la inmensidad del cosmos. En los próximos días, es posible que seamos testigos de un evento astronómico extraordinario: la explosión de una estrella en la constelación de la Corona Boreal, lo que permitirá a los observadores de la Tierra verla a simple vista.
Este fenómeno, conocido como nova recurrente, ocurre en el sistema estelar T Coronae Borealis (T CrB), ubicado a unos 3.000 años luz de distancia. Los astrónomos han estado siguiendo de cerca su evolución y creen que la erupción es inminente.
¿Qué es una nova recurrente?
Las novas recurrentes son explosiones que ocurren en sistemas estelares compuestos por una enana blanca y una gigante roja. La enana blanca actúa como una especie de «vampiro cósmico», absorbiendo material de su estrella compañera. Con el tiempo, la acumulación de hidrógeno en la superficie de la enana blanca desencadena una reacción termonuclear, provocando un aumento repentino de brillo.
Lo interesante es que, a diferencia de las supernovas, en las que la estrella se destruye por completo, en estos casos la explosión solo afecta la superficie de la enana blanca, permitiendo que el proceso se repita en ciclos que pueden durar años o incluso décadas.
Un evento que ocurre cada varias décadas
Los registros indican que T Coronae Borealis ha experimentado explosiones en 1217, 1787, 1866 y 1946. Siguiendo este patrón, los astrónomos han estado pendientes de cualquier señal que anticipe una nueva erupción.
Uno de los indicios más claros de que la explosión está cerca es la denominada Pre-eruption Dip, una disminución previa en el brillo de la estrella. Este mismo fenómeno fue detectado en marzo de 2023, al igual que antes de la explosión de 1946, por lo que todo apunta a que la nova ocurrirá en breve.
¿Cuándo y dónde observarla?
Según estimaciones de astrónomos de la Universidad de Louisiana State y la Asociación Americana de Observadores de Estrellas Variables (AAVSO), la explosión podría producirse el 27 de marzo. En ese momento, el brillo del sistema aumentará hasta igualar o incluso superar el de algunas de las estrellas más brillantes del cielo nocturno.
Para localizar la explosión en el cielo, hay que buscar la constelación de la Corona Boreal, que se encuentra entre las estrellas Arcturus y Vega. Esta constelación es visible en el hemisferio norte y puede identificarse por su forma de arco.
Para una visualización óptima, se recomienda buscar lugares alejados de las ciudades, donde la contaminación lumínica sea mínima. Durante la noche del evento, la estrella brillará con una magnitud cercana a 2, lo que significa que será fácilmente visible a simple vista.
Un evento astronómico que no se puede perder
El astrónomo Franck Marchis, del SETI Institute, señala que aunque las predicciones se basan en modelos y observaciones previas, todavía existe un pequeño margen de incertidumbre sobre la fecha exacta del estallido. Sin embargo, todas las señales apuntan a que será en cuestión de días.
Lo que hace especial este fenómeno es que no ocurre con frecuencia. Muchas personas nunca llegan a presenciar un evento de este tipo en su vida, por lo que esta podría ser una de las pocas oportunidades de observar un fenómeno así sin necesidad de telescopios ni otros instrumentos.
A lo largo de la historia, diferentes civilizaciones han registrado explosiones de novas y han intentado darles explicaciones mitológicas. Hoy, gracias a la astronomía moderna, sabemos que estos eventos son el resultado de procesos físicos bien estudiados, pero no por ello dejan de ser eventos impresionantes dignos de admiración.
Las noches venideras podrían traer consigo un espectáculo digno de recordar. Si la predicción de los astrónomos se cumple, este será un evento que marcará un hito en la observación del espacio en el siglo XXI. Así que conviene estar preparado y dirigir la mirada al cielo en busca de este estallido de luz que nos regalará el universo.
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