Durante la madrugada del 22 de mayo de 2025, un potente sismo de magnitud 6.1 sacudió las islas griegas de Creta y Santorini, sorprendiendo tanto a residentes como a turistas. La región ya estaba familiarizada con la actividad sísmica, pero este episodio ha generado nuevas preocupaciones sobre la vulnerabilidad de las islas frente a fenómenos naturales y la capacidad de reacción de las autoridades locales.
El movimiento telúrico se produjo a las 06:19 de la mañana, hora local, y el epicentro se localizó en el mar Egeo, a unos 82 kilómetros al noreste de Heraclión, capital de Creta, y a una profundidad aproximada de 60-68 kilómetros. Varias ciudades costeras pudieron sentir la sacudida, que llegó a provocar el temblor de ventanas y muebles y despertó a buena parte de la población.
Alerta de tsunami y respuesta inmediata
Como medida precautoria, el Instituto Geodinámico de Atenas emitió de inmediato una alerta de tsunami, solicitando a la ciudadanía y turistas evitar las zonas costeras de Creta, Rodas, Kárpatos y Kasos. La advertencia movilizó a los servicios de emergencia y generó cierto nerviosismo entre los habitantes, aunque poco después, tras no detectarse anomalías en el mar, la alerta fue retirada.
Según los informes oficiales, no se han registrado daños estructurales graves ni víctimas. Los bomberos y servicios de protección civil indicaron que no recibieron llamadas de emergencia relacionadas con el temblor, aunque se realizaron evacuaciones preventivas en varias zonas costeras, especialmente en áreas con mayor presencia de turistas.
En Creta y Santorini, la reacción fue rápida, y muchos residentes comentaron cómo despertaron por el movimiento de camas y ventanas. En redes sociales circularon vídeos y fotos que ilustraban el temblor en viviendas y edificios. Por precaución, algunas escuelas realizaron simulacros de evacuación y se reforzó la presencia de equipos de rescate en zonas estratégicas.
Expertos como Efthimis Lekkas, especialista en gestión de desastres, han destacado que la profundidad del sismo y su localización disminuyen el riesgo de réplicas intensas, lo que ha aportado cierto alivio a la población. Puedes consultar cómo otros fenómenos extremos han afectado la región en nuestro artículo sobre las lluvias e inundaciones en Grecia.
Una región marcada por la actividad sísmica
Las islas del mar Egeo —incluyendo Santorini, Amorgos, Ios y Anafi— se encuentran en una de las zonas más sísmicamente activas de Europa. Esta situación se debe a la interacción constante entre la placa tectónica africana y la del Egeo. No es la primera vez que la región afronta movimientos de tierra de este tipo: existen registros de terremotos históricos, como el de 365 d.C., que generó un tsunami devastador, o el de 1956 en Amorgos.
En los últimos meses, la zona ha experimentado miles de temblores de baja magnitud, especialmente entre los meses de enero y febrero, lo que ha motivado medidas de precaución como el cierre temporal de escuelas y la evacuación de turistas. La mayoría de estos episodios recientes no han causado daños significativos ni víctimas. Para entender mejor la historia sísmica de la región, puede consultarse el artículo sobre cartografía histórica de eventos naturales.
El Ministerio de Protección Civil de Grecia mantiene activados protocolos para este tipo de eventos, considerando la posibilidad de sismos mayores en el futuro. Expertos advierten que la preparación ante un megaterremoto sigue siendo una tarea pendiente para las autoridades y la población local. También es importante saber cómo animales pueden anticipar estos fenómenos en nuestro artículo los animales y los terremotos.
Impacto social, político y en el turismo
El terremoto ha afectado la percepción de seguridad de quienes visitan estas islas, dependientes del turismo internacional. Aunque, tras la desactivación de la alerta de tsunami, la situación volvió a la normalidad, persiste la preocupación por el potencial impacto en la economía turística si los episodios sísmicos continúan.
Por otro lado, la respuesta rápida de las instituciones en Grecia ante estas emergencias ha sido valorada, aunque la retirada temprana de la alerta de tsunami ha generado debates sobre la eficacia de los protocolos y la comunicación pública. Para saber cómo prepararse ante estos eventos, puede consultarse nuestro artículo en inversiones y debilitamiento del campo magnético terrestre.
Por otra parte, la tensión geopolítica en el mar Egeo aumenta la complejidad de la situación, ya que los movimientos sísmicos afectan tanto a Grecia como a la vecina Turquía, donde también se ha registrado actividad similar, aunque sin relación directa entre ambos episodios. Para más detalles sobre otros fenómenos en la región, consulte otros desastres naturales que afectan al mundo.
Las autoridades insisten en la importancia de estar informados y preparados, especialmente en una región donde los terremotos forman parte de la vida cotidiana. La normalidad ha sido restaurada en la mayoría de los puntos turísticos, pero se recomienda seguir las indicaciones oficiales y mantener la calma ante futuras alertas, ya que la prevención y la información son las mejores herramientas frente a estos fenómenos.