Un potente terremoto de magnitud 6,2 ha sacudido la región del mar de Mármara, provocando momentos de tensión y temor en la ciudad de Estambul y en varias provincias del noroeste de Turquía. El seísmo, ocurrido a media mañana, ha puesto a prueba los sistemas de emergencia y la preparación de la ciudad para afrontar grandes catástrofes, aunque, afortunadamente, en esta ocasión no se han registrado víctimas mortales ni grandes destrozos estructurales.
El epicentro se ha localizado a unos kilómetros de Silivri, en el mar de Mármara, a una profundidad que los expertos sitúan entre los 6,9 y los 10 kilómetros, según diferentes organismos como AFAD, el USGS y el Instituto Kandilli. Este terremoto ha sido el más fuerte registrado en la región en los últimos 25 años, lo que ha provocado un importante despliegue de equipos de rescate y numerosas inspecciones en infraestructuras críticas.
Detalles del terremoto y su repercusión
El terremoto se produjo a las 12:49 hora local, momento en el que una fuerte sacudida se sintió bruscamente en Estambul y en muchas localidades próximas, como Çorlu, Tekirdağ, Bahçeşehir, y en otros puntos a lo largo de la región de Mármara. El hipocentro, a escasos 28 kilómetros al sur de Silivri, provocó que la onda sísmica se percibiera con claridad incluso en Esmirna, Ankara, Sofía y Atenas, extendiendo la alarma a partes de Grecia y Bulgaria.
El temblor, además, coincidió con la celebración del Día de la Soberanía Nacional y la Infancia en Turquía, jornada festiva en la que muchas personas estaban fuera de sus hogares, lo que según expertos y autoridades, pudo haber reducido el número de afectados en edificios y espacios cerrados.
Inmediatamente después del sismo, miles de ciudadanos salieron a las calles en distintos barrios de Estambul, buscando seguridad en parques y plazas ante el miedo a nuevas réplicas. La escena se repitió en múltiples puntos del país, con residentes reacios a regresar a sus viviendas hasta estar seguros de que no existía riesgo inminente.
Varios testigos y medios han relatado cómo en las primeras horas tras el sismo se vivieron momentos de auténtico pánico, con objetos y estanterías que caían en viviendas y comercios, y personas preocupadas por el posible colapso de las infraestructuras. En algunos casos, la red de telefonía móvil colapsó durante los primeros minutos, dificultando la comunicación con familiares y servicios de emergencia, situación que generó críticas en redes sociales y recordaba a lo acontecido durante el devastador sismo de 2023.
Heridos y reacciones ciudadanas
A pesar de la intensidad, las autoridades han informado que no ha habido fallecidos, aunque al menos 151 personas han resultado heridas, principalmente por lesiones derivadas de saltar desde ventanas y balcones en pleno pánico. El gobernador de Estambul, Davut Gül, confirmó que estos afectados se encuentran fuera de peligro grave y están recibiendo atención en diversos hospitales de la ciudad.
Además, la única estructura que ha sufrido colapso en Estambul ha sido un edificio abandonado en el distrito de Fatih, deshabitado desde hace décadas. El derrumbe no ha provocado víctimas ni heridos adicionales, aunque ha servido de recordatorio sobre la fragilidad de algunas construcciones antiguas.
En varios barrios del extrarradio, los equipos de emergencia han realizado inspecciones para descartar daños mayores en la infraestructura urbana, como hospitales, escuelas, carreteras, aeropuertos y líneas de metro. Según la información recabada por los ministros de Interior y Transporte, no se han detectado problemas relevantes en estos servicios fundamentales. Las autoridades han insistido en pedir calma, advirtiendo a la población que evite acercarse a edificaciones que presenten grietas o signos de deterioro tras el temblor.
El impacto emocional ha sido considerable, pues el recuerdo del “Gran Terremoto” de 1999, que dejó más de 17.000 víctimas en la región, sigue muy presente tanto entre la ciudadanía como en la opinión de ingenieros y sismólogos. Algunos expertos, como el profesor Naci Görur, han recordado estos días la necesidad de aumentar la preparación y prevención frente a futuros grandes terremotos, ya que la actividad sísmica en la falla del norte de Anatolia es constante.
Réplicas y miedo persistente
Este terremoto ha estado precedido y seguido de múltiples réplicas, algunas de ellas superiores a magnitud 4, como una de 4,4 apenas dos minutos después del temblor principal y otra anterior de 3,9. Según los registros del Instituto Kandilli y AFAD, se han acumulado más de 50 réplicas en las horas posteriores, lo que ha incrementado la inquietud entre los habitantes de la región.
En la provincia de Sakarya, situada a una distancia considerable al este de Estambul, las autoridades suspendieron eventos previstos por el Día de la Infancia ante la incertidumbre generada por las réplicas. También se ha señalado que la educación primaria y secundaria en Estambul ha quedado temporalmente suspendida debido a la revisión de los centros escolares y la seguridad del alumnado.
Ante la persistencia de las réplicas y el temor a nuevos temblores, diversos municipios han habilitado parques y colegios como lugares de acogida para quienes prefieren no volver a sus viviendas hasta disiparse el riesgo. Los equipos de emergencia y Protección Civil continúan patrullando y realizando evaluaciones, mientras mantienen informado al público a través de comunicados oficiales y redes sociales.
Respuesta de autoridades y organismos internacionales
El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, expresó su solidaridad con los ciudadanos afectados y aseguró que el Gobierno está siguiendo de cerca la evolución de los acontecimientos. Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, también trasladó un mensaje de apoyo a la sociedad turca en estos momentos de incertidumbre.
El ministro del Interior, Ali Yerlikaya, y el de Transporte, Abdulkadir Uraloğlu, se han encargado de coordinar la respuesta institucional y de transmitir calma a la población. Por su parte, las autoridades locales de Silivri y de otros distritos costeros han pedido a la población que se mantenga informada únicamente a través de fuentes oficiales y que evite propagar rumores o informaciones no contrastadas que puedan aumentar el temor injustificadamente. Además, se insiste en la importancia de estar preparados y conocer las pautas básicas de autoprotección ante sismos, especialmente en una región tan expuesta como la del mar de Mármara.
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