
El volcán Popocatépetl mantiene una actividad baja a moderada bajo vigilancia continua de las autoridades mexicanas. El monitoreo oficial confirma fumarolas con vapor y gases, así como episodios de tremor que encajan con su comportamiento reciente y con el nivel de alerta vigente.
Para la población local y quienes viajan por la zona, el mensaje es claro: seguir las indicaciones de Protección Civil y consultar fuentes oficiales. En Europa y España, el interés se centra en el seguimiento científico y en las medidas de autoprotección ante posibles escenarios de caída de ceniza en áreas cercanas al coloso.
Estado actual y datos verificados de las últimas 24 horas
De acuerdo con un reporte reciente de las autoridades estatales, basado en el monitoreo del Cenapred, se contabilizaron 41 exhalaciones de baja intensidad acompañadas de vapor de agua, gases volcánicos y ligeras cantidades de ceniza, además de 64 minutos de tremor. También se registraron cinco sismos volcanotectónicos a las 17:17, 18:24, 18:26, 18:37 y 21:44 horas, con magnitudes entre 1.1 y 1.6.
El tremor fue mayoritariamente de baja amplitud, con una distribución interna de 47 minutos de alta frecuencia y 17 minutos de armónico, un patrón que respalda la estabilidad relativa del sistema sin cambios relevantes en el nivel de alerta.
En el momento del informe, se observó una emisión continua ligera de vapor y gases, con desplazamiento hacia el este-sureste del cráter, acorde con los vientos dominantes.
El Semáforo de Alerta Volcánica se mantiene en Amarillo Fase 2, lo que implica la posibilidad de exhalaciones, columnas de vapor y ceniza, así como eventos explosivos de baja a moderada intensidad.

Recomendaciones oficiales y zonas de prevención
Las autoridades reiteran la prohibición de acercarse al cráter y recomiendan respetar un radio de exclusión de 12 kilómetros. Acudir a la zona restringida implica riesgo por la caída de fragmentos balísticos y cambios súbitos en la actividad.
Con lluvias intensas, el consejo es claro: evitar el fondo de las barrancas por la posible formación de flujos de lodo y escombros (lahars), que pueden descender sin previo aviso y con gran velocidad.
Si se presenta caída de ceniza, conviene reducir actividades al aire libre, mantener puertas y ventanas cerradas, cubrir depósitos de agua y proteger adecuadamente ojos, nariz y boca con mascarilla o pañuelo húmedo.
En función del viento, la ceniza puede dispersarse hacia sectores del oeste y suroeste del volcán; por ello, los municipios cercanos deben permanecer atentos a los reportes locales de calidad del aire y a los avisos de Protección Civil.
Para reportar emergencias relacionadas con la actividad volcánica, están disponibles los canales oficiales del Cenapred y los teléfonos 800-713-4147 y 911, además de las cuentas institucionales en redes sociales.

Foco en la salud: qué sabemos de la ceniza
Un estudio coordinado por especialistas de la UNAM documenta que la ceniza del Popocatépetl puede contener metales potencialmente tóxicos (como arsénico, cadmio o plomo) y partículas finas capaces de llegar a los alveolos pulmonares. Las más preocupantes son las PM2.5 y ultrafinas (menores a 100 nanómetros) por su facilidad para penetrar en el sistema respiratorio.
La investigación señala que estas partículas son bioinsolubles y biodurables, por lo que no se disuelven con facilidad en los fluidos pulmonares y pueden permanecer más tiempo, favoreciendo procesos de estrés oxidativo que deriven en inflamación aguda o crónica.
Quienes tienen mayor vulnerabilidad son adultos mayores, niños y personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares. Ante episodios de caída de ceniza, conviene usar mascarilla, limitar el esfuerzo físico al aire libre y evitar ingerir agua o alimentos que pudieran estar contaminados.
- Posibles molestias: irritación de piel, ojos y garganta.
- Dolor de cabeza y latidos irregulares en personas sensibles.
- Dificultad para respirar e incrementos de riesgo en cardiorrespiratorios.
- En casos específicos, cuadro compatible con “fiebre de vapores de metal”.
Los resultados científicos se comparten con Protección Civil y Cenapred para apoyar alertas tempranas y la toma de decisiones, reforzando la coordinación institucional frente a la actividad del volcán.

Contexto reciente y actividades en la zona
Durante 2025, el Popocatépetl ha mostrado un régimen de conducto abierto con exhalaciones frecuentes, emisiones de vapor y ceniza y explosiones esporádicas, sin variaciones relevantes del nivel de alerta, que se mantiene en Amarillo Fase 2.
Las prácticas de montaña siguen condicionadas por el estado del volcán: expertos en geofísica y alta montaña recomiendan no ascender ni contratar tours al cráter, tanto por la peligrosidad de fragmentos incandescentes como por posibles fraudes asociados a excursiones no autorizadas.
Para la población y visitantes, incluidas personas de la comunidad europea que residen o viajan en la región central de México, lo fundamental es informarse en canales oficiales y seguir las normas de seguridad de cada entidad (Puebla, Morelos, Estado de México y áreas colindantes).
Con la vigilancia instrumental activa y la colaboración entre instituciones, el volcán permanece bajo seguimiento estrecho. Las medidas de exclusión, la preparación ante lluvias y la prevención frente a la ceniza son la mejor guía mientras el Popocatépetl se mantiene en actividad moderada.









