Inicio » Clima » Nuevo patrón de granizadas en Europa: menos tormentas, granizo más grande

Patrón de granizadas en Europa

El cielo europeo está mostrando una nueva forma de granizar: menos episodios en el cómputo global, pero con piedras de mayor tamaño y capacidad destructiva. Esta reconfiguración, vinculada directamente al calentamiento global , obliga a replantear cómo protegemos cultivos, infraestructuras y a la población frente a tormentas severas.

La aparente paradoja de “menos, pero más violentas” tiene base física. El ascenso del nivel de fusión en la atmósfera derrite el granizo pequeño antes de tocar suelo, mientras que, en las tormentas más intensas, corrientes ascendentes potentes y abundante agua superenfriada permiten que algunas piedras engorden durante más tiempo dentro de la nube, aumentando su tamaño final y su potencial de daño.

Qué está cambiando en la formación del granizo

El granizo nace en tormentas muy desarrolladas donde las gotas de lluvia son impulsadas hacia capas frías y se congelan, formando núcleos de hielo. Esas partículas vuelven a encontrarse con agua superenfriada y van sumando capas a medida que suben y bajan dentro de la nube.

Este ciclo de colisiones y congelación instantánea se repite hasta que la piedra alcanza un peso que la corriente ascendente ya no puede sostener. Su tamaño final depende de la fuerza del updraft, de la disponibilidad de humedad y del grosor de la capa cálida que debe atravesar al caer.

Con un nivel de fusión más alto, mucho granizo pequeño se derrite antes de llegar al suelo, reduciendo el número de eventos observados. Aun así, cuando coinciden ingredientes favorables, algunas piedras crecen mucho y consiguen sobrevivir a la caída.

Este cambio no significa únicamente menos alarmas; implica impactos potencialmente mayores cuando se desencadenan tormentas severas con estructura adecuada para fabricar granizo grande.

Granizo de gran tamaño en Europa

Un patrón desigual en el mapa europeo

Los análisis apuntan a que el noreste de Europa podría ver un ligero aumento de granizadas estivales, mientras que el suroeste y áreas del centro tenderían a registrar menos episodios. Pese a ello, en muchas regiones sube la probabilidad de piedras más voluminosas.

El riesgo no es lineal: el daño crece de forma exponencial con el tamaño extremo. Una piedra de 5 cm no duplica el impacto de una de 2,5 cm; puede multiplicarlo varias veces, con consecuencias mucho más severas para bienes y cosechas.

Operativamente, pocos eventos de granizo gigante pueden superar en pérdidas a temporadas con numerosas granizadas menores. Esta asimetría complica la gestión del riesgo y la planificación aseguradora.

Nuevo patrón de granizadas en el continente europeo

Sectores más expuestos y costes al alza

La agricultura es el sector más vulnerable: viñedos, frutales y hortalizas pueden quedar arrasados en minutos. También sufren vehículos, paneles solares, cubiertas e invernaderos, elevando el coste de los siniestros y la presión sobre las aseguradoras.

En España, 2025 dejó episodios destacados: en junio se dañaron más de 415.000 hectáreas aseguradas, con Castilla y León como una de las comunidades más afectadas. A finales de julio, una tormenta en Murcia impactó más de 8.500 hectáreas de almendros, melocotoneros y hortalizas, con pérdidas superiores a 10 millones de euros.

Ese mismo periodo, en la Plana Baixa de Castellón, otra granizada causó daños millonarios en cultivos y vehículos, llevando a varios municipios a solicitar la declaración de zona catastrófica.

Más allá del coste económico, el granizo grande es un problema de seguridad para personas y animales, puede romper cristales, obstruir drenajes cuando coincide con lluvias intensas y complicar la respuesta de emergencias.

El aumento de la severidad ha forzado a aseguradoras y administraciones a movilizar peritaciones, activar ayudas y mejorar la comunicación de alertas ante tormentas convectivas de alto impacto.

Adaptarse y anticipar: medidas clave y ciencia reciente

Ante un riesgo cambiante, seguir con planes basados en el pasado es insuficiente. Urge actualizar mapas de riesgo para reflejar no solo frecuencia, sino severidad potencial, y revisar normativas de construcción fomentando materiales más resistentes en cubiertas, acristalamientos e instalaciones de energía solar.

  • Recalibrar modelos de seguros para incorporar el salto de severidad del granizo grande.
  • Refuerzo constructivo en zonas de mayor exposición y mallas antigranizo en cultivos de alto valor.
  • Mejor observación y reporte con redes densas y métricas homogéneas de tamaño de granizo.
  • Mitigación climática: reducir emisiones para frenar los forzamientos que alimentan tormentas severas.

La investigación más reciente de Newcastle University, en colaboración con el Met Office y la University of Bristol, usando simulaciones de alta resolución bajo escenarios de emisiones altas, concluye un escenario de menos tormentas de granizo pero con piedras más grandes, con especial exposición en el sur de Europa. El estudio indica más probabilidad de granizo >5 cm en el Mediterráneo e Italia, sobre todo en otoño e invierno, y descensos en el centro, norte y las Islas Británicas.

Aunque persisten incertidumbres sobre cómo el mayor deshielo en altura condiciona el tamaño extremo, la recomendación es clara: reforzar la preparación, perfilar mejor las tormentas de origen cálido y mejorar los sistemas de alerta para reducir impactos locales muy severos.

Europa entra en una etapa en la que las granizadas serán, probablemente, menos habituales pero más dañinas. Comprender los mecanismos físicos, mapear la desigualdad regional, proteger sectores críticos y avanzar en mitigación marcará la diferencia entre daños manejables y pérdidas extraordinarias en los próximos años.