La Biblioteca de AEMET selecciona cada mes una obra de contenido relevante de entre todas las que componen su fondo bibliográfico. Con la campaña El libro del mes, la Biblioteca de AEMET pretende acercar sus libros a los lectores y contribuir a difundir las obras de la biblioteca.
¿Las matemáticas como placer? Sí, has leído bien.
¿Y si las matemáticas no fueran ese tormento de nuestra etapa escolar, sino una puerta a la belleza, la lógica, el asombro y la creatividad?
Eso es justamente lo que propone Alessandro Maccarrone en El infinito placer de las matemáticas, una obra de divulgación tan accesible como encantadora, que consigue algo muy poco común: emocionar a través de los números.

En este libro, las matemáticas dejan de ser un campo árido y técnico para convertirse en una forma de arte, una lente con la que entender el mundo con mayor profundidad. Y lo mejor es que no necesitas ser matemático ni recordar álgebra para disfrutarlo. Basta con tener curiosidad y dejarse llevar.
La estructura del libro es clara y atractiva: se divide en 17 capítulos breves, cada uno dedicado a un concepto central de las matemáticas. Entre los temas que aborda están:
- El número áureo y la proporción divina en la naturaleza y el arte.
- Los fractales y sus patrones infinitos.
- El infinito, desde el pensamiento griego hasta Cantor.
- La geometría no euclidiana y sus implicaciones filosóficas.
- Los números primos y su misterio sin resolver.
- El azar y la probabilidad en la vida cotidiana.
- La cuarta dimensión y otras realidades «imposibles».
Cada capítulo mezcla explicación teórica, ejemplos del día a día, referencias culturales y preguntas filosóficas. El resultado es un enfoque multidisciplinar, que nos muestra cómo las matemáticas no están encerradas en un aula, sino en el diseño de una catedral, en la partitura de una sinfonía, en el algoritmo de YouTube o en la forma de una coliflor.
Maccarrone escribe con una voz cercana, casi como un amigo que te habla con entusiasmo sobre algo que ama profundamente. El tono es didáctico pero nunca condescendiente, claro sin ser simplón. Es el tipo de autor que no se conforma con explicar: quiere despertarte algo por dentro.
No podemos hablar de este libro sin destacar su diseño editorial. Publicado por Blackie Books, la edición está impresa a dos tintas (azul y amarilla), lo que le da un aspecto visual único. Además, cuenta con las maravillosas ilustraciones de Luis Paadín, que aportan humor, claridad y belleza a conceptos que a menudo parecen inalcanzables.
El diseño no es solo un adorno: facilita la comprensión de las ideas. Desde diagramas visuales hasta metáforas gráficas, las ilustraciones ayudan a que el contenido cale hondo, sin necesidad de fórmulas complicadas.
Leer este libro es también un pequeño placer estético: se nota que está hecho con mimo, pensado para ser disfrutado con calma, incluso releído.
Lo más poderoso de este libro es cómo logra transformar tu percepción. Si llegas a él con desconfianza o cierto “trauma escolar”, pronto te darás cuenta de que no se trata de una materia fría ni alejada de ti. Las matemáticas, como Maccarrone demuestra, son una manera de encontrar orden, belleza y sentido en el caos del mundo.
El autor no se limita a transmitir conocimientos: comparte su fascinación, su asombro, su placer intelectual, con una honestidad contagiosa. En muchos momentos, la lectura se vuelve casi poética, como cuando habla del infinito o del número pi, no como datos, sino como ideas que nos confrontan con lo más profundo del pensamiento humano.
¿Para quién es este libro?
- Para quienes creen que las matemáticas «no son lo suyo».
- Para lectores curiosos que disfrutan de la divulgación científica o cultural.
- Para profesores que quieren encontrar nuevas formas de inspirar a sus estudiantes.
- Para adolescentes y adultos que buscan una lectura accesible y estimulante.
- Para quienes disfrutan de libros bellos en lo visual y profundos en lo conceptual.
El infinito placer de las matemáticas es mucho más que un libro de divulgación. Es una declaración de amor a una disciplina que ha sido injustamente temida y que, sin embargo, puede ofrecernos infinitas formas de asombro.
Es una obra que demuestra que el pensamiento lógico puede ir de la mano con la emoción, y que entender (o intentarlo) también es una forma de sentir.
Si te animas a leerlo, quizá no termines resolviendo ecuaciones diferenciales. Pero probablemente empieces a mirar las hojas de los árboles, la arquitectura de tu ciudad o los ritmos de una canción con nuevos ojos.
«Las matemáticas no son solo una herramienta para resolver problemas: son una forma de ver el mundo.»
— Alessandro Maccarrone
Sobre el autor:

Alessandro Maccarrone (Barcelona, 1980) es doctor en Física Teórica por la Universidad de Barcelona, divulgador científico y profesor de secundaria. Su pasión por las matemáticas nace de su tío, zio Illio, abogado de profesión y físico de corazón, y de las largas tardes escuchándole dar repaso de mates a sus primos. Estudió en la Escuela Italiana de Barcelona, donde se convirtió en profesor particular primero de todos sus amigos, luego de casi toda la escuela. Lo que más le gustaba de las clases de repaso era poder enseñar a otros a analizar y pensar, y hacerlo juntos y sin dejar nadie atrás.
Rechazó estudiar en la Escuela Normal Superior de Pisa, una de las universidades científicas más prestigiosas, porque no quería quedarse al margen de la vida mundana y la intervención en la sociedad, así como de la militancia política y social en el CJC (Col·lectius de Joves Comunistes) de la que formaba parte en Barcelona. Más tarde, también abandonó su tesis doctoral porque de nada servía conocer todos los secretos de los agujeros negros si la complejidad matemática que los rige era demasiado complicada para explicársela a los demás. Desde hace quince años se dedica a la enseñanza y la divulgación, donde ha descubierto que la física y las matemáticas no solo son infinitas en extensión, sino también en profundidad, y que en las cuestiones más básicas y cotidianas se esconde una gran riqueza, complejidad y belleza.
Fuentes:
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