Un fuerte terremoto registrado en la madrugada del miércoles 14 de mayo de 2025 ha vuelto a poner el foco sobre la actividad sísmica en el Mediterráneo oriental. El seísmo, detectado en el mar entre las islas griegas de Kasos y Creta, ha movilizado a las autoridades tanto en Grecia como en otros países de la región. Además, Italia vivió varias sacudidas recientes, aumentando la preocupación en el sur del continente.
Las primeras informaciones revelan que el terremoto, con una magnitud de 6 en la escala de Richter según el Instituto Geodinámico de Atenas, tuvo lugar a las 01:51 hora local de Grecia. El epicentro se ubicó a 19 kilómetros al sur-suroeste de la isla de Kasos, con una profundidad focal de aproximadamente 62,5 kilómetros, lo que habría contribuido a atenuar su intensidad en superficie.
Alerta de tsunami y recomendaciones de seguridad en Grecia
Tras el seísmo, las autoridades griegas activaron la alerta de tsunami como medida preventiva. Se solicitó a los residentes de islas cercanas como Rodas, Kárpatos y Kasos que se alejaran de la costa de inmediato y obedecieran todas las indicaciones de los servicios de emergencia.
El sismo se sintió especialmente en Creta, Rodas, el archipiélago de las Cícladas e incluso en la capital, Atenas. Sin embargo, y según las declaraciones del presidente de la Organización de Planificación y Protección Antisísmica de Grecia, la profunda ubicación del epicentro contribuyó a que la sacudida llegase con menor fuerza. Hasta el momento, no se han reportado daños importantes ni víctimas en ninguna de las islas cercanas al epicentro.
Además, los expertos han destacado que, debido a la profundidad, no se esperan grandes réplicas ni secuencias sísmicas relevantes. Tampoco existe relación con otros fenómenos recientes en la zona, como los sismos en Turquía o la actividad en Santorini.
Impacto regional del seísmo y contexto sísmico
El movimiento telúrico no solo se percibió en Grecia. Informes recogidos por diferentes agencias confirman que la sacudida fue notable en Turquía (especialmente en la costa sur de Datça y ciudades portuarias cercanas), en Egipto, Libia, Líbano, Palestina, Israel y hasta en el sur de Italia y Chipre. En todos estos lugares, no se han reportado víctimas ni daños graves, aunque sí episodios de miedo y evacuaciones preventivas.
Las autoridades griegas recordaron que el área donde ocurrió el seísmo, conocida como el arco griego, es una de las zonas con mayor actividad sísmica de Europa. Allí, las placas tectónicas africana y euroasiática colisionan, favoreciendo la aparición periódica de terremotos, algunos de ellos muy destructivos.
Sismos y alerta en el sur de Italia: los Campos Flégreos y Nápoles
De manera paralela y apenas horas antes, la región de Nápoles en Italia también experimentó un enjambre sísmico significativo. Al menos 36 temblores fueron detectados, siendo el más fuerte de magnitud 4,4. Estos movimientos sísmicos están vinculados a la caldera volcánica de los Campos Flégreos, considerada por especialistas como una de las más peligrosas del mundo.
Las sacudidas se sintieron con fuerza en Pozzuoli y en varias zonas de Nápoles. El episodio causó evacuaciones en colegios y universidades, suspensiones del transporte público, apagones y un ambiente de inquietud entre la población. El fenómeno del bradisismo –un lento ascenso del suelo por acumulación de magma y gases– es el responsable de esta actividad, que preocupa cada vez más a los vecinos y a las autoridades locales.
El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia ha señalado que la frecuencia e intensidad de los temblores en esta zona han aumentado y, aunque por ahora no ha habido que lamentar daños materiales graves ni heridos, sí se mantiene un alto nivel de vigilancia.
Contexto histórico y actividad reciente en el Mediterráneo oriental
El seísmo del 14 de mayo de 2025 se suma a una larga lista de terremotos ocurridos en la región mediterránea. Grecia y su entorno experimentan temblores con relativa frecuencia por su ubicación sobre varias fallas tectónicas activas. El último evento sísmico mortal se produjo en octubre de 2022 en Samos, donde perecieron dos personas en la isla y más de cien en Esmirna, Turquía.
Este último temblor, aunque de menor impacto que otros previos, vuelve a poner sobre la mesa la importancia de la vigilancia sísmica y la preparación ante posibles emergencias en una zona tan densamente poblada y de gran valor turístico. Las autoridades insisten en que, pese a la escasez de daños en esta ocasión, la prevención y la calma son clave ante este tipo de fenómenos naturales.
La combinación de actividad sísmica en el mar Egeo y los episodios en el sur de Italia refuerza la necesidad de coordinación internacional para el monitoreo sísmico y volcánico, y la importancia de que los residentes sigan siempre las recomendaciones de las autoridades.
Esta oleada de movimientos sísmicos en Grecia e Italia demuestra que el Mediterráneo continúa siendo una región de alta sismicidad, donde la actividad de placas tectónicas y volcanes requiere constante vigilancia y una cultura de prevención activa. La rápida reacción de las autoridades, junto con los sistemas de alerta, ha evitado consecuencias mayores en esta ocasión, demostrando la importancia de estar preparados ante estos fenómenos naturales.
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