Inicio » Clima » ¿Dónde se encuentra la capa de ozono? Distribución y ubicación en la estratosfera explicada al detalle

Imagen capa de ozono y su distribución en la estratosfera

La capa de ozono es un tema fascinante y crucial para la vida en nuestro planeta. Su ubicación, función y problemática han sido objeto de numerosos estudios científicos y debates públicos en las últimas décadas. Comprender dónde se sitúa exactamente, cómo se distribuye en la estratosfera y cuáles son los mecanismos que rigen su formación y destrucción es fundamental para protegerla y preservar el equilibrio ambiental.

En este artículo, te ofrecemos una guía exhaustiva escrita en una voz cercana, clara y completa, para que entiendas todos los aspectos sobre la capa de ozono: desde su ubicación en la atmósfera y su importancia para la vida, hasta los desafíos que enfrenta, las causas de su deterioro y las acciones mundiales implementadas para su recuperación. Vamos a sumergirnos en todos los secretos y curiosidades de este escudo invisible que nos protege día a día.

¿Qué es la capa de ozono?

La capa de ozono es una zona de la atmósfera terrestre que contiene una concentración relativamente alta de moléculas de ozono (O3), un gas compuesto por tres átomos de oxígeno. Esta zona no es una capa homogénea ni “visible” con el ojo humano, sino más bien una región definida por su significativa capacidad para absorber la radiación ultravioleta (UV) procedente del Sol. Sin la presencia de este ozono atmosférico, en especial el de la estratosfera, la vida tal como la conocemos en la Tierra sería imposible; la radiación UV dañina inundaría la superficie, incrementando radicalmente los riesgos de cáncer de piel, cataratas y deterioro del sistema inmunológico, así como daños severos a la flora y fauna.

En términos cuantitativos, la capa de ozono apenas representa una pequeñísima fracción de los gases que componen la atmósfera. Por ejemplo, en la zona de máxima concentración hay unas 2-8 partes por millón de ozono. Si se comprimiera toda la cantidad de ozono presente sobre la Tierra a la presión y temperatura estándar del nivel del mar, su grosor sería de apenas unos 3 milímetros. Esto da una idea clara de lo delicada e indispensable que resulta esta franja gaseosa.

Ubicación de la capa de ozono en la atmósfera

capa ozono

Para entender dónde se encuentra la capa de ozono, primero debemos repasar brevemente la estructura de la atmósfera terrestre, que se divide en varias capas diferenciadas principalmente por su temperatura y composición: troposfera, estratosfera, mesosfera, termosfera y exosfera. La capa de ozono se ubica casi exclusivamente en la estratosfera, localizada entre los 15 y 50 kilómetros sobre la superficie de la Tierra. Sin embargo, la región donde la concentración de ozono alcanza su máximo suele estar comprendida entre los 19 y 35 kilómetros de altura.

En la estratosfera, el ozono representa aproximadamente el 90% del total presente en toda la atmósfera. Esto se debe a que las condiciones allí, especialmente la presencia de radiación ultravioleta intensa y la escasez de contaminantes, favorecen su formación y mantenimiento. Debajo de esta capa, en la troposfera (desde la superficie hasta unos 10-15 km de altitud), existe también ozono, pero en menor proporción y en condiciones diferentes.

La estratosfera y la ozonosfera

La estratosfera es la segunda capa de la atmósfera, situada por encima de la troposfera y extendiéndose desde unos 15 km hasta los 50 km de altitud. En ella, la temperatura, en lugar de seguir disminuyendo con la altura como ocurre en la troposfera, comienza a aumentar. Este aumento es consecuencia directa de la absorción de radiación UV por parte del ozono, lo que recalienta dicha franja atmosférica.

La zona de máxima concentración de ozono dentro de la estratosfera recibe el nombre de ozonosfera. Aunque el ozono se encuentra distribuido a diferentes alturas, es en la ozonosfera donde se produce la mayor absorción de radiación ultravioleta. Por eso, muchas veces la capa de ozono y la ozonosfera se usan como sinónimos, aunque técnicamente la ozonosfera es una parte de la estratosfera.

¿Cómo se forma la capa de ozono?

El proceso de formación del ozono en la estratosfera es un fascinante juego de luz y moléculas, resultado de la interacción entre la radiación ultravioleta solar y el oxígeno atmosférico. El mecanismo que explica su producción y destrucción fue descrito por primera vez por el científico Sidney Chapman en 1930 y se conoce como el «ciclo de Chapman».

Todo comienza cuando la radiación ultravioleta de alta energía (UV-C, con longitud de onda menor a 240 nm) incide en las moléculas de oxígeno (O2), dividiendo cada una en dos átomos de oxígeno independientes. Estos átomos de oxígeno, muy reactivos, se unen casi inmediatamente a otras moléculas de O2, formando ozono (O3). Así, el Sol no solo es culpable de la destrucción sino también de la generación de esta defensa natural de nuestro planeta.

La reacción puede esquematizarse así:

  • Disociación del oxígeno: O2 + radiación UV → O + O
  • Formación de ozono: O + O2 → O3

El proceso es continuo y dinámico, produciéndose formación y destrucción de ozono todo el tiempo. Cuando el ozono absorbe luz UV (principalmente UV-B y algo de UV-C), se descompone nuevamente en O2 y O. Así, se mantiene un equilibrio entre formación y destrucción, esencial para que la capa actúe como filtro pero sin volverse densa en exceso.

El punto de máxima generación de ozono se encuentra en la estratosfera sobre el ecuador, donde la incidencia de la radiación solar es mayor. Posteriormente, los vientos estratosféricos distribuyen las moléculas de ozono hacia latitudes mayores, como los polos.

Distribución de la capa de ozono: ¿es homogénea?

recuperacion capa de ozono

La capa de ozono no es uniforme ni estática; su espesor y concentración pueden variar ampliamente en función de la latitud, la altura, la estación del año y hasta de un día para otro. Generalmente, la mayor parte del ozono se origina en las zonas próximas al ecuador, pero los valores máximos de concentración se suelen registrar en las latitudes altas del hemisferio norte y sur, especialmente sobre Siberia y el Ártico canadiense.

En torno al ecuador, la cantidad de ozono es menor porque, aunque se produce mucho, también se destruye más rápido por la acción intensa de la radiación UV. Por eso, es usual encontrar las cantidades más bajas de ozono alrededor de la franja ecuatorial y los valores más elevados cerca de los polos.

Los valores de ozono en la atmósfera se suelen expresar en Unidades Dobson (UD), que es el espesor que tendría una cantidad determinada de ozono si se comprimiera a una atmósfera de presión y 0°C. Por poner un ejemplo, una columna de ozono de 300 UD comprimida equivaldría a una lámina de 3 milímetros de ozono puro.

Funciones y beneficios de la capa de ozono para la vida

El papel que desempeña la capa de ozono en la protección de la vida es absolutamente esencial. Su función principal es absorber entre el 97 y el 99% de la radiación ultravioleta de alta frecuencia que proviene del Sol (específicamente las bandas UV-C y UV-B), evitando que llegue de forma directa a la superficie terrestre. Este filtro natural protege a todos los seres vivos y a los ecosistemas. Sin la capa de ozono, la radiación UV provocaría un aumento drástico de enfermedades como cáncer de piel, cataratas y debilitamiento general del sistema inmune de personas y animales, y alteraría gravemente la vida vegetal y los ecosistemas acuáticos.

Otra función relevante del ozono estratosférico es el control de la temperatura en la atmósfera. Al absorber la radiación ultravioleta, el ozono recalienta la estratosfera, estableciendo un gradiente térmico imprescindible para la dinámica atmosférica global. Sin este calentamiento, los patrones climáticos y la circulación de los vientos cambiarían radicalmente.

Otras capas: El ozono en la troposfera

Además del ozono estratosférico, existe también ozono en la troposfera, la capa de la atmósfera que va desde la superficie hasta unos 10-15 km de altura. Sin embargo, aquí el ozono es considerado un gas contaminante, de efecto nocivo para la salud y el medio ambiente. Se le conoce como “ozono malo” porque no contribuye a filtrar la radiación solar nociva, sino que resulta tóxico a altas concentraciones.

El ozono troposférico no se encuentra de manera natural en grandes cantidades, sino que se genera a partir de reacciones fotoquímicas entre contaminantes primarios. Gases como los óxidos de nitrógeno (NOx), compuestos orgánicos volátiles (COVs), metano (CH4) y monóxido de carbono (CO) liberados por el tráfico, la industria y las actividades humanas reaccionan bajo la acción de la luz solar generando ozono.

El ozono en la troposfera actúa como principal responsable del esmog fotoquímico y es un gas de efecto invernadero; puede provocar problemas respiratorios y daños en cultivos y vegetación.

Medición de la capa de ozono: Unidades Dobson y controles

La cantidad de ozono en la atmósfera no se mide en litros, metros cúbicos o gramos, sino en Unidades Dobson (UD), nombradas así en honor al científico británico Gordon Dobson. Una UD equivale a una capa de 0,01 mm de ozono puro a condiciones normales de presión y temperatura. El valor medio mundial de ozono suele rondar las 300 UD, aunque puede variar según la altitud, la latitud y la estación. Los valores van desde 200 hasta 500 UD en diferentes regiones del planeta.

Estas mediciones se realizan desde hace décadas mediante espectrofotómetros, globos con sondas (ozonosondas) y satélites. Para una mayor comprensión de la importancia del ozono en la protección del planeta, consulta el artículo sobrebeneficios que ofrece la capa de ozono .

La destrucción de la capa de ozono: causas y consecuencias

Desde finales del siglo XX, la capa de ozono se enfrenta a una amenaza seria debido a la emisión de ciertas sustancias químicas artificiales, especialmente los clorofluorocarbonos (CFCs) y otros compuestos halogenados. Estos compuestos, utilizados masivamente en refrigeración, aire acondicionado, aerosoles, espumas plásticas y productos de limpieza, se caracterizan por ser inertes en la troposfera y tener una gran persistencia atmosférica.

Al pasar las décadas, los CFCs y derivados ascienden lentamente hasta la estratosfera, donde, al recibir radiación ultravioleta, se rompen y liberan átomos de cloro y bromo. Estos átomos, altamente reactivos, inician una reacción en cadena que destruye moléculas de ozono de manera catalítica, es decir, pueden destruir innumerables moléculas de ozono antes de quedar inactivados o neutralizados.

El resultado es un desbalance en el ciclo natural de formación y destrucción de ozono, inclinando la balanza hacia la reducción de la cantidad total de este gas en la estratosfera. Así se produjo el fenómeno conocido como el “agujero de ozono”, especialmente visible en la Antártida, donde la disminución estacional ha llegado a suponer hasta la pérdida del 50% del ozono estratosférico durante algunos meses del año.

El agujero de la capa de ozono: causas y peculiaridades

El término “agujero de ozono” se refiere a la disminución temporal y drástica de los niveles de ozono sobre la región polar, especialmente la Antártida, durante el invierno y la primavera austral. Este fenómeno fue identificado en la década de los 80 del siglo pasado y disparó las alarmas a nivel mundial.

Las particularidades del agujero de ozono en la Antártida tienen que ver con las extremas condiciones de frío en la estratosfera, donde las temperaturas bajan de -78º C, favoreciendo la formación de nubes polares estratosféricas. Sobre la superficie de estas nubes, los compuestos de cloro y bromo procedentes de los CFCs y halones sufren reacciones químicas que los transforman en formas altamente reactivas. Cuando, tras el invierno polar, vuelve la luz solar en la primavera, estas especies reaccionan con el ozono destruyéndolo a gran velocidad.

El agujero de ozono es más acusado y recurrente en el Polo Sur, ya que allí las temperaturas estratosféricas son inferiores a las del Polo Norte. A pesar de todo, fenómenos similares, aunque de menor escala, también se han observado en latitudes árticas durante algunos inviernos especialmente fríos.

Efectos de la destrucción del ozono

La disminución de la capa de ozono deja a la superficie terrestre menos protegida frente a la radiación ultravioleta, con riesgos para la salud y el medio ambiente. Los principales problemas asociados son:

  • Incremento de cánceres de piel, cataratas y trastornos inmunológicos en humanos.
  • Alteraciones en los ecosistemas marinos: disminución del fitoplancton oceánico, base de la cadena trófica.
  • Pérdidas en la vegetación terrestre, cambios en los ciclos de floración y crecimiento de cultivos.
  • Impactos en la fauna, tanto terrestre como marina, con consecuencias a largo plazo en la biodiversidad.

Además, el deterioro de la capa de ozono puede contribuir indirectamente al cambio climático, ya que algunos de los sustitutos de los CFCs, como los hidroclorofluorocarbonos (HCFCs) y los hidrofluorocarbonos (HFCs), tienen efectos invernadero.

Acciones mundiales para la protección de la capa de ozono

se recupera capa de ozono

El primer gran acuerdo internacional para proteger la capa de ozono fue el Protocolo de Montreal, firmado en 1987 y ratificado por casi todos los países del mundo. Para entender mejor las acciones globales en esta materia, consulta el artículo sobre el legado de Mario Molina.

El éxito del Protocolo de Montreal es notable por haber conseguido frenar y revertir la tendencia de pérdida de ozono en la atmósfera, aunque el proceso de recuperación es lento debido a la larga permanencia de estos compuestos en la atmósfera (algunos pueden durar hasta 200 años).

También se han impulsado enmiendas posteriores, como la Enmienda de Kigali (2016), que busca reducir la utilización de HFCs, gases de efecto invernadero potentes aunque no dañinos para el ozono. Para profundizar en las implicaciones de estos acuerdos, puedes visitar el artículo sobre .

Recuperación y futuro de la capa de ozono

Desde finales del siglo XX, los controles internacionales han permitido estabilizar los niveles de ozono e iniciar su recuperación en muchas áreas del planeta. Para conocer avances concretos en este proceso, consulta el artículo sobrerecuperación de la capa de ozono.

Los modelos y mediciones indican que, si se mantienen las políticas actuales, la capa de ozono podría retornar a sus niveles previos a 1980 en torno a 2075, aunque este plazo puede variar según la evolución futura de las emisiones y el cambio climático.

La recuperación es especialmente evidente en la reducción de la extensión y duración del agujero de ozono antártico, aunque las fluctuaciones estacionales siguen produciéndose.

No obstante, la vigilancia permanente y la reducción de contaminantes de origen humano siguen siendo imprescindibles.

¿Qué podemos hacer para proteger la capa de ozono?

La protección de la capa de ozono depende de la acción colectiva y de las decisiones individuales que tomamos en nuestro día a día. Algunas recomendaciones incluyen:

  • Comprar productos que indiquen en su etiqueta que son libres de CFCs y de sustancias agotadoras del ozono.
  • Evitar el uso de extintores y aerosoles que contengan halones, CFCs y sustancias prohibidas.
  • Dar preferencia a refrigeradores, congeladores y equipos de aire acondicionado que empleen gases alternativos respetuosos con el ozono.
  • Reducir el uso de automóviles y optar por medios de transporte sostenibles.
  • Promover la educación ambiental para concienciar sobre la importancia de proteger la capa de ozono.

Curiosidades y datos sobre el ozono y su medición

El ozono fue descubierto en 1840 por Christian Friedrich Schönbein, quien identificó su característico olor durante tormentas eléctricas. Años más tarde, en 1913, los físicos franceses Charles Fabry y Henri Buisson descubrieron la capa de ozono estratosférico al analizar la absorción de la radiación solar.

El ozono tiene una química peculiar: es muy reactivo y, aunque se considera esencial en la estratosfera, puede ser peligroso en la superficie terrestre.

Las mediciones modernas, con dispositivos como los espectrofotómetros Dobson y las ozonosondas, han permitido conocer con gran exactitud la distribución vertical y horizontal del ozono en la atmósfera.

La relación entre el ozono y el cambio climático

El ozono, además de su papel como filtro de radiación ultravioleta, es también un gas de efecto invernadero, capaz de absorber y emitir radiación infrarroja. En la estratosfera, su función principal es calentar esa capa y protegernos del UV. En la troposfera, sin embargo, contribuye al calentamiento global y afecta negativamente la calidad del aire.

Además, muchos de los sustitutos de los CFCs, como los HFCs, aunque no dañan el ozono, sí contribuyen al calentamiento global.

Este doble papel hace que la protección de la capa de ozono y la lucha contra el cambio climático deban ir de la mano, promoviendo tecnologías alternativas que sean seguras para ambos desafíos.

Fenómenos asociados: nubes polares estratosféricas y dinámica atmosférica

Durante los inviernos polares, se forman en la estratosfera unas nubes especiales conocidas como nubes polares estratosféricas, constituidas por hielo y ácido nítrico. Estas nubes proporcionan la superficie necesaria para que se produzcan reacciones químicas que liberan cloro y bromo reactivo, acelerando la destrucción del ozono cuando vuelve la luz del sol en la primavera.

La circulación atmosférica, especialmente los vientos estratosféricos, es clave para el transporte de moléculas de ozono desde su zona de mayor producción (el ecuador) hacia latitudes medias y polares. Los cambios en la dinámica atmosférica, ya sea por causas naturales o antrópicas, pueden influir de manera importante en la distribución y recuperación del ozono.

El futuro de la investigación sobre el ozono

La ciencia del ozono sigue evolucionando para entender todos los factores que afectan a su distribución, recuperación y relación con el clima global. Nuevos satélites y modelos predictivos mejoran nuestra capacidad de anticipar las posibles amenazas emergentes, como la aparición de nuevos compuestos químicos o el impacto del cambio climático.

El seguimiento constante y la cooperación internacional son imprescindibles para garantizar el éxito de las políticas de protección de la capa de ozono.

La capa de ozono, aunque fina y aparentemente frágil, es uno de los mayores tesoros naturales de nuestro planeta. A lo largo de las últimas décadas, hemos aprendido a valorar su importancia y a tomar medidas para evitar su destrucción. La combinación de la concienciación ciudadana, las políticas globales y la innovación tecnológica nos permitirá avanzar hacia un futuro más seguro y sostenible, protegiendo la vida en la Tierra bajo este auténtico escudo azul invisible.

Paco Gil

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