Inicio » Clima » El Acuerdo de París evitaría 57 días de calor extremo

Impacto del Acuerdo de París en el calor extremo

Un nuevo análisis internacional sostiene que los compromisos climáticos del Acuerdo de París pueden recortar de forma notable la exposición al calor extremo en el planeta; en concreto, se evitarían de media 57 jornadas de temperaturas muy altas cada año si los países cumplen lo prometido.

Los autores avisan, no obstante, de que incluso con ese avance seguimos en una trayectoria exigente: el mundo se encamina a un calentamiento aproximado de 2,6 °C en este siglo si las metas actuales se materializan, lejos del objetivo de 1,5 °C y con impactos todavía relevantes en salud, economía y ecosistemas.

Qué concluye el análisis científico

Reducción de días de calor extremo por acuerdos climáticos

El estudio, elaborado por 18 investigadores de Climate Central y World Weather Attribution, compara dos trayectorias: una de referencia previa a París cercana a 4 °C y otra con los planes nacionales actuales que llevarían a unos 2,6 °C. En el primer caso, el planeta afrontaría una media de 114 días calurosos al año; en el segundo, esa cifra se recortaría en 57 jornadas.

Para medir el calor relevante para la salud, los científicos definieron como días cálidos el 10% superior de la temperatura diaria de cada país entre 1991 y 2020 y analizaron seis episodios recientes de calor extremo (Europa del Sur, África Occidental, Amazonia, Asia, Australia y América del Norte y Central).

Los resultados muestran que el Acuerdo de París funciona como freno parcial: evita parte de los escenarios más severos, pero no basta por sí solo para mantener el calentamiento “muy por debajo” de 2 °C sin políticas más ambiciosas y rápidas de mitigación.

Expertas como Friederike Otto y Kristina Dahl ponen el acento en que cada décima de grado cuenta: las diferencias que parecen pequeñas se traducen en miles de vidas e impactos económicos significativos, por lo que urge acelerar la acción.

Efectos regionales: quién reduce más días de calor

Impacto regional del Acuerdo de París sobre el calor extremo

El alivio no se reparte por igual. Según el análisis, las regiones tropicales y países cercanos al ecuador acumulan mayores beneficios por su mayor exposición actual al calor. Aun así, todas las zonas del mundo obtendrían una reducción medible si se cumplen los planes.

Estas son algunas estimaciones de jornadas de calor extremo que se evitarían frente a un mundo que se calentara 4 °C, en caso de limitarse a 2,6 °C con los compromisos vigentes: Kenia (-82), México (-77), Brasil (-69), Egipto (-36), Australia (-34), Estados Unidos (-30), India (-30), China (-29), Reino Unido (-29) y España (-27).

PaísDías de calor extremo evitados
Kenia82
México77
Brasil69
Egipto36
Australia34
Estados Unidos30
India30
China29
Reino Unido29
España27

Estas diferencias reflejan la combinación de latitud, geografía, vulnerabilidad y urbanización, factores que modulan tanto la frecuencia como la intensidad de los episodios de calor en cada territorio.

El calor extremo, el fenómeno meteorológico más letal

Riesgos del calor extremo en la salud y la sociedad

El calor extremo es, con diferencia, el evento atmosférico que más muertes provoca cada año a nivel global, con cifras del orden de cientos de miles de fallecimientos y un coste económico elevado que a menudo pasa desapercibido frente a otros desastres.

Desde 2015, el termómetro planetario ha subido alrededor de 0,3 °C, incremento que ya se traduce en 11 días más de calor extremo al año y en una probabilidad de olas de calor mayor: hasta diez veces en la Amazonia, nueve en Malí y Burkina Faso y aproximadamente el doble en India y Pakistán.

El estudio confirma que, a 4 °C, las olas de calor serían entre 3 y 6 °C más cálidas y de 5 a 75 veces más probables que hoy; con 2,6 °C, el aumento sería de 1,5 a 3 °C y la probabilidad se multiplicaría de 3 a 35 veces.

La evidencia converge en una idea sencilla: cada décima de grado evita daños. En salud pública, productividad laboral, agricultura o disponibilidad de agua, cualquier reducción del calor extremo supone beneficios inmediatos y tangibles.

Qué falta por hacer: mitigación y adaptación

Medidas de mitigación y adaptación frente al calor extremo

La comunidad científica coincide en el diagnóstico: acelerar la salida del petróleo, el gas y el carbón es la vía más eficaz para reducir la peligrosidad del calor, junto con políticas que refuercen la resiliencia de ciudades y sistemas sanitarios.

El informe constata avances, pero insuficientes: aproximadamente la mitad de los países cuentan ya con sistemas de aviso por calor y al menos 47 han puesto en marcha planes de actuación, si bien la financiación y la implementación siguen siendo limitadas.

Entre las medidas de adaptación con mejores resultados figuran los sistemas de alerta temprana, protocolos sanitarios específicos, más sombra y arbolado en las urbes y mejoras de eficiencia energética en viviendas para moderar el calor interior.

La conclusión operativa es clara: con políticas más firmes y recursos adecuados, los beneficios se amplían. Reducir emisiones rápido y desplegar adaptación a escala puede marcar la diferencia entre picos de calor soportables y situaciones de riesgo para millones de personas.

La investigación apunta que el Acuerdo de París ya está conteniendo parte del problema y, de cumplirse, evitaría 57 días de calor extremo al año de media; sin embargo, sin una acción más decidida para limitar el calentamiento y reforzar la adaptación, el futuro seguirá siendo demasiado caluroso para la seguridad y el bienestar de muchas comunidades.