Inicio » Clima » El pueblo de Castellón con playas turquesas, pescado fresco y encanto marinero que no envidia a Peñíscola

Descubre este pueblo que combina mar, gastronomía, historia y tradición en un formato tranquilo y acogedor, pues a pesar de casi cuatriplicar su población en verano, sigue conservando su esencia.

L'Estanyol
Playa de L’Estanyol, un arenal tranquilo junto a un antiguo humedal, ideal para la pesca y rodeado de vegetación protegida como el cardo marino y la rubia de mar.

Hoy ponemos rumbo a un rincón costero de la provincia de Castellón que cambia de piel con las estaciones. Durante el invierno conserva la calma de sus 8.011 habitantes, pero cuando llega el verano, el pueblo se llena de vida, multiplicando su población hasta superar los 30.000 vecinos temporales.

El pueblo costero donde la historia antigua se mezcla con la vida marinera

Nos referimos a Moncofa, localidad situada en la comarca de la Plana Baixa, a solo 35 minutos en coche al norte de Valencia capital y a 25 de Castellón de la Plana.

Rodeado de huertas, marjales y naranjos, este pequeño municipio se ha desarrollado entre el campo y el mar, conservando el alma de pueblo tradicional pero con servicios turísticos de calidad.

Moncofa fue, durante siglos, tierra de paso y de cultivo, hasta que en el siglo XX comenzó a desarrollarse como destino de veraneo.

La historia de este pueblo, que en castellano responde al nombre de Moncófar, se remonta a la época romana, cuando era un territorio casi despoblado, formado por marjales y algunas villas aisladas que funcionaban como hostales para los viajeros de la Vía Augusta, una de las calzadas romanas más importantes de Hispania.

Sus playas y rincones tranquilos incluso para ir con perro

Moncofa cuenta con más de seis kilómetros de costa, donde se reparten varias playas de aguas limpias y cristalinas, con arena gruesa y tramos de grava. Muchas de ellas lucen la bandera azul, reconocimiento europeo a la calidad de sus aguas, limpieza y servicios.

La playa más concurrida es la de Grau, de carácter urbano y perfectamente equipada con paseo marítimo, duchas, vigilancia, accesos adaptados y una amplia oferta de bares y restaurantes, lo que la convierte en la favorita de las familias.

A pocos minutos caminando, la playa de Masbó ofrece un ambiente mucho más tranquilo, ideal para quienes buscan desconectar. Su entorno, con pequeñas dunas y vegetación litoral, proporciona zonas de sombra natural que invitan al descanso.

Y para quienes viajan con mascotas, la playa de Belcaire, situada junto a la desembocadura del río homónimo, es un espacio natural abierto al público canino durante todo el año.

Qué ver en Moncofa más allá de sus playas

Aunque su mayor atractivo está en el litoral, el casco urbano de Moncofa también merece una visita. La Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena, de estilo gótico valenciano, es el principal edificio histórico del municipio.

Otro punto interesante es la ermita de Santa María Magdalena, situada en un entorno natural muy agradable, entre naranjos y cultivos. Desde allí se pueden hacer pequeñas rutas a pie o en bicicleta.

En el paseo marítimo, junto a los antiguos almacenes de redes y barcas, todavía se respira ambiente marinero. Aquí encontrarás terrazas, heladerías y restaurantes con vistas al mar.

Además de todo esto, Moncofa es también un lugar donde disfrutar de su gastronomía, pues su cocina está fuertemente influenciada por su cercanía al mar y por la huerta valenciana. Los productos estrella son el pescado fresco, el pulpo seco, las tellinas, y el arroz, en todas sus variantes.