Las cuevas de España siempre han despertado fascinación por ser testigos mudos de la historia natural, humana y cultural del territorio. Espacios subterráneos como los de León y Benifallet en Tarragona han ganado protagonismo gracias a recientes investigaciones científicas y su creciente atractivo turístico. Estos enclaves no solo ofrecen paisajes espectaculares bajo tierra, sino que también albergan secretos que ayudan a descifrar la evolución de la fauna, la presencia de antiguas civilizaciones y la importancia de conservar este patrimonio único.
León: 30.000 años de historia enterrada en 28 cuevas
La Universidad de León, junto al Museo Nacional de Ciencias Naturales, ha lanzado la primera y más ambiciosa campaña de investigación en las cuevas de la provincia. Bajo el nombre de ‘Frontera cantábrica’, este proyecto estudia restos de fauna del Cuaternario mediante intervenciones en 28 cavidades repartidas por León, con el objetivo de reconstruir la historia natural y humana de la región durante los últimos 30.000 años. También puede ser interesante explorar cómo estas formaciones se relacionan con otros procesos geológicos, como la formación de tombolos.
La doctora Esperanza Fernández, de la Universidad de León, y el paleobiólogo Darío Fidalgo, del MNCN, lideran un equipo multidisciplinar que agrupa a expertos en paleontología, arqueología, genética, antropología y geología. La colaboración institucional, el respaldo de la Junta de Castilla y León y el apoyo de experimentados espeleólogos han sido fundamentales para acceder a lugares remotos y recuperar materiales de gran valor científico.
Entre los primeros hallazgos destacan restos de al menos 29 osos, incluidos ejemplares de cabra montesa cantábrica, rebecos, caballos, bóvidos, roedores y aves, así como ganado doméstico. Algunos fósiles se remontan a hace más de 30.000 años, mientras que otros son mucho más recientes, permitiendo analizar la evolución de las comunidades animales y el papel del ser humano en los ecosistemas locales. La conservación de estos restos resulta urgente, ya que muchos han sido expoliados y podrían perderse sin una intervención rápida.
Tecnología puntera para conservar y difundir el patrimonio subterráneo
El proyecto destaca por incorporar herramientas innovadoras como el escaneado 3D, el análisis de ADN antiguo e isótopos estables. Estas técnicas permiten no solo conservar digitalmente los hallazgos, sino también comparar datos a gran escala y compartir los resultados en plataformas virtuales, acercando la ciencia tanto al público general como a la comunidad investigadora. También puede interesar explorar cómo estas herramientas ayudan en la protección del patrimonio natural.
El enfoque arqueológico, bajo la dirección de los doctores Carlos Fernández y Natividad Fuertes, garantiza que los trabajos se desarrollen respetando los protocolos legales y de conservación del patrimonio cultural. Aunque la mayoría de los restos son paleontológicos, en ciertas cuevas se han encontrado también evidencias de actividades humanas, lo que añade interés y valor al estudio.
Los cambios en tamaño corporal en especies como el oso, documentados en cavidades como la cueva de Llamazares, permiten analizar la influencia de la presencia humana y del clima en la evolución de la fauna local durante los últimos milenios. Por ejemplo, un macho adulto de oso pardo en la actualidad pesa alrededor de 180 kg, mientras que hace 9.000 años podía alcanzar los 350 kg. Estos cambios también afectan a la vegetación y la gestión de los hábitats actuales.
Benifallet (Tarragona): turismo, ciencia y cultura en las Coves Meravelles
En el sur de Tarragona, la localidad de Benifallet es célebre por albergar las Coves Meravelles, un sistema de seis cavidades que conforman uno de los conjuntos subterráneos más destacados de Catalunya. De estas, la Cova Meravelles y la Cova del Dos están abiertas al público y adaptadas para visitas guiadas, con pasarelas e iluminación que aseguran tanto la accesibilidad como la protección de las formaciones geológicas.
El hallazgo de estas cuevas supuso un cambio importante para el municipio. Desde su apertura al turismo en 1993, se ha convertido en un referente para quienes buscan naturaleza, historia y cultura bajo tierra. En su interior, se pueden admirar estalactitas, estalagmitas, columnas y formaciones excéntricas que crean paisajes sorprendentes, y en la Cova del Dos se han hallado restos arqueológicos del Neolítico y vestigios de su uso como refugio durante la Guerra Civil.
La protección legal de este enclave, reconocido como Bien Cultural de Interés Local, garantiza la conservación de sus valores científicos, históricos y patrimoniales. Además, el entorno de Benifallet resulta ideal para combinar la aventura en las cuevas con rutas de senderismo, actividades en el río Ebro y visitas culturales, como el Castellot de la Roca Roja o la ermita románica de la Mare de Déu de Dalt.
Patrimonio, investigación y turismo responsable
Los trabajos en las cuevas de León y el atractivo de Benifallet resaltan la importancia de combinar ciencia, protección y divulgación para garantizar la transmisión de este patrimonio a futuras generaciones. Las campañas de investigación, el uso de tecnologías modernas y la adaptación de los espacios subterráneos para un turismo respetuoso, marcan una hoja de ruta para la valorización y el conocimiento de estos ambientes únicos.
El subsuelo español representa un testimonio fundamental de nuestra historia y biodiversidad. La colaboración de instituciones, científicos y la sociedad es clave para que las cuevas sigan siendo fuente de hallazgos y experiencias tanto para la investigación como para quienes disfrutan de la naturaleza y el patrimonio cultural.